“Puedo asegurar y aseguro que ninguna aplicación móvil es gratis. El precio que todos debemos pagar es el acceso a nuestros datos”


Los móviles son espías que todos llevamos encima todo el día. Atrás quedaron los días en que para escucharnos en reuniones secretas nos ponían micrófonos, o que escondían cámaras pequeñas para poder vernos y espiarnos. La verdad es que quedaba muy bonito en las películas. Eso acabo, ahora llevamos esos micrófonos y esas cámaras cada uno encima, en nuestros terminales móviles.

Estos móviles inteligentes o smartphones son almacenes de información sensible y mientras los estamos utilizando ellos no paran de mandar datos sin parar. La mayoría de nosotros no somos conscientes de la enorme aportación sobre la información personal que entregamos a las diferentes aplicaciones. Si imaginamos que una aplicación solo necesita nuestra ubicación, no te lo creas mucho, ya que muchas de ellas tratan de recopilar más datos que no necesita. Por tanto, las grandes corporaciones encargadas de recopilar y empaquetar estos datos van creciendo de forma exponencial, y evidentemente, después lo pueden vender o hacer lo que ellos crean, si les interesa.

Además de esto, mucha de la culpa la tenemos nosotros, ya que muchas veces, sino todas, introducimos datos adicionales en aplicaciones complementarias, como, por ejemplo, si usamos un calendario que se encuentre sincronizado con una cuenta de correo. De esta forma, la red conocerá nuestra agenda y sabrá a qué eventos asistimos, hasta el punto de que la caracterización de las aplicaciones que se tienen en el teléfono da una idea de la vida de una persona creando con todo esto un perfil con todos sus intereses.

Todos debemos tener claro que es muy complicado evitar que el software, las diferentes APPs, etc., se queden o nos roben nuestra información en nuestro móvil. Si de verdad queremos que no se queden nuestra información, podéis despediros de vuestro terminal, iros a una playa desierta y llevaros un libro en papel.

Por todo lo dicho, voy a mencionarles una serie de consejos básicos a la hora de descargar una aplicación a través del smartphone para atenuar en la medida de lo posible la fuga de nuestros datos:

  • Aunque es muy tedioso, y sabemos que estamos dándole a aceptar sabiendo que nos la van a pegar, deberíamos leer los términos y condiciones de las aplicaciones que nos vayamos a descargar, así como los permisos que se autorizan.
  • También deberíamos comprobar si la empresa que suministra el servicio cumple la normativa de protección de datos. Yo personalmente, cada vez voy siendo más consciente y voy filtrando las APP que no cumplen con este requisito.
  • Solo deberíamos descargar las aplicaciones desde sitios oficiales, ya que en caso contrario los datos obtenidos a través de otras páginas nos ponen en riesgo, o como mínimo, no sabemos si lo corremos o no.
  • Debemos desactivar la opción de permitir la descarga desde fuentes desconocidas, que suele venir activada por defecto en muchos modelos de móvil y que permite la descarga desde cualquier proveedor de servicios.
  • Mención aparte tiene esta medida, ya que muy poca gente le hace caso, y a veces es entendible por el consumo de la batería. Deberíamos instalar, todos y todas, un antivirus en el móvil que analicen cualquier aplicación que se descargue en este y que nos avise en caso de que lo que se descargue en él sea sospechoso o pueda contener malware. Aparte de antivirus, hay software como CONAN Mobile que también nos ayuda en nuestra protección.
  • Deberíamos leer las opiniones de otros usuarios acerca de la aplicación que interesa descargar, y el menor indicio de problema o sospecha de software malicioso que pudiera poner en peligro nuestros datos, no descargarla.
  • Hay que revisar los permisos que hemos autorizado para las aplicaciones que ya están instaladas en nuestro smartphone. Eliminar las que no se usen o aquellas que tengan permisos excesivos para los servicios que ofrecen. Ya sé que es un paso que nos da mucho trabajo, y que mucha gente dice que le da igual lo que le quiten de datos porque no tiene nada que sea interesante para nadie, pero eso es un bulo, toda la información es importante dependiendo de quien la vaya a gestionar y de para que se vaya a utilizar.

En cuanto a las normas de protección de datos (RGPD), hay que tener en cuenta antes de darle al botón aceptar lo siguiente:

  • La calidad que tienen los datos. Las aplicaciones móviles solo podrán requerir los datos que sean necesarios para el funcionamiento del servicio y no otros.
  • La política de privacidad y la finalidad que tienen dichos datos. Se debe mostrar la política de privacidad de la empresa en la que se indique, de forma clara, quién está detrás de la aplicación, sus datos de contacto, qué datos se almacenan y, muy importante, qué uso se va a dar a esos datos de carácter personal de los clientes.
  • La información y el consentimiento. Debe solicitarse autorización expresa a los usuarios del acceso a sus datos, así como informarles de la existencia de un fichero en el que se almacenan. De la misma manera, si el usuario desinstala la aplicación, sus datos deben ser eliminados de esa base de datos en un tiempo prudencial. Este tiempo prudencial y este borrado de datos, debe ser condición inexcusable al desinstalar una APP.
  • El consentimiento del usuario debe ser libre, expreso e informado.
  • Si los datos de la aplicación que tienes instalada se emplean por terceros, se debe informar al usuario de esta circunstancia y de que pueden incluir servicios de publicidad gestionada por esos terceros.
  • Se debe aplicar, sin condiciones, el principio de confidencialidad, esto es, que las empresas que desarrollan la aplicación están obligadas a informar de las medidas de seguridad que se adoptan para mantener a salvo la privacidad de los datos de sus clientes y asegurar la confidencialidad de estos.
  • Informar a todos los usuarios que tienen a su disposición las vías para ejercitar su derecho de acceso, oposición, rectificación y cancelación relativos a la protección de sus datos personales.
  • En el caso de las APPs para menores, las normas son más restrictivas y se refieren a la utilización con fines comerciales de los datos de dichos menores y de sus familiares.

Todo esto que he comentado arriba está muy bien, pero hay que recordar que quien decide o no aceptar las condiciones de privacidad y quien le da el botón de aceptar a la hora de bajarse una aplicación es el usuario, por lo tanto, somos los últimos responsables de nuestros datos.


Podéis encontrar mucha más información en: